INTRODUCCION:
El problema es que, durante el proceso de la mezcla, se tiende a  equilibrar unas pistas con otras sin tener claro cómo debe sonar el  conjunto ?acrecentado por la fatiga auditiva?. Esto se evitaría en gran  medida teniendo una pista como referencia constante durante la mezcla o  usando un analizador de espectros.
Entonces, ¿cuál es el objetivo de la masterización? En primer lugar,  conseguir uniformidad entre las pistas, de forma que no existan grandes  diferencias de sonido dentro de un mismo trabajo; conseguir que suenen  igual en cualquier equipo de audio, corrigiendo picos que han pasado  desapercibidos en los monitores de referencia usados en las mezclas; y  ganar algunos dB de volumen medio. En este último punto hay una gran  polémica, pero esta nueva tendencia de apurar al máximo el volumen de  una canción tiene su explicación en la psicoacústica. Para el oído  humano, una canción que tiene más volumen que otra es percibida como  mejor de forma inconsciente. Este curioso efecto es el motivo por el que  se tiende a comprimir y limitar al máximo posible cada pista,  consiguiendo, en muchos casos, que la pieza pierda toda la dinámica,  siendo este un terrible error.
Propongo una situación real y habitual: acabas de terminar de mezclar  unos temas y te gustaría que sonasen correctamente en cualquier sistema  de audio y que tuvieran coherencia entre ellas. Sin duda necesitan una  masterización, un ajuste común y preciso. Por tanto, coges tus pistas y  las cargas en tu editor de audio y te dispones con tus bien conocidos  monitores de campo cercano a masterizarlas... Sin duda estás comiendo de  entrada tres errores bastante importantes: primero, nunca se debe  masterizar sin descansar los oidos. Unos oídos viciados tenderán a  destacar frecuencias en la mezcla; en segundo lugar, unos monitores de  campo cercano no son lo más apropiado para masterizar, al no ofrecer una  respuesta clara y amplia de todo el espectro; y en tercer lugar, tú no  deberías nunca masterizar tus propias mezclas, puesto que hay detalles  que ya pasas por alto por el vicio de escucharlos una y otra vez. Por  tanto, lo mejor es recurrir a un buen profesional siempre que se pueda.
Las condiciones ideales de masterización distan en muchos casos de la  mayoría de los estudios de grabación ?de cualquier categoría?. Para  estos menesteres se requiere una sala tratada acústicamente, para  ofrecer una respuesta equilibrada en todas las frecuencias. No se trata  de crear una cámara anecoica; consiste en evitar realces de frecuencias y  rebotes dañinos para una correcta audición. Los altavoces son un punto  clave: necesitamos escuchar todas las frecuencias sin coloraciones. Es  un error habitual en los monitores de campo cercano y, en menor medida,  en los de medio campo, su incapacidad para reproducir frecuencias  graves, siendo atenuadas las frecuencias por debajo de los 70 Hz. Por  tanto, unos monitores de campo lejano, multivía y habitualmente  empotrados, serían el punto de partida ideal para la masterización. Es  muy importante, además, disponer de escuchas de distintos tamaños y  calidades para poder chequear el material en condiciones cercanas a las  que dispondrá el receptor final.
La gran polémica surge en cuanto a qué elementos (y en qué orden son  adecuados) para una masterización. En el artículo anterior se sugería el  sistema del Finalizer. Sin duda hay cosas fundamentales que no deben  faltar en una cadena de masterización: un ecualizador, un compresor y un  limitador. Personalmente, no podría vivir sin un compresor multibanda y  un par de conversores M-S (este elemento lo analizaremos más adelante)  y, sin duda, es muy socorrido un excitador aural, pero la gran pregunta  es ¿software o hardware? La respuesta: da igual, pero ha de ser de  primera calidad. En general, la alternativa software suele ser más  barata a igual calidad. Hoy en día, la solución software es la que  ofrece mejor calidad-precio. Existen numerosos paquetes de primerísima  línea de Waves, Spectral Design y TC, entre otros. Un ecualizador  mediocre o un compresor de baja calidad puede destrozar una mezcla. En  cualquier caso, la clave de todo el proceso es que la masterización no  arregla una mala mezcla.
LA NORMALIZACIÓN
Uno de los objetivos principales de la masterización de un disco es que  las canciones sean percibidas a un mismo nivel medio. Cuando empiezas el  ajuste de varias pistas, el primer paso lógico es normalizarlas de  forma que el pico de volumen más grande coincida con el máximo  permitido. En principio esto es innecesario puesto que, mediante la  compresión y limitación, vamos a ajustar las pistas para que suenen  todas a un volumen medio similar y al normalizar podemos perder  sutilezas. Sólo cuando una pista muestre un volumen demasiado bajo se  requeriría una normalización. Además, en ese caso, si la pista fue  mezclada a 16 bits, la normalización puede aumentar el nivel general del  ruido de la pista, con lo que es más conveniente volver a la mezcla y  subir el nivel de la mezcla.
COMPRESIÓN MULTUBANDA
Con un compresor multibanda se pueden hacer ajustes muy precisos sobre  las distintas bandas. Son útiles para destacar o atenuar instrumentos o  frecuencias descontroladas. La diferencia más importante con la  ecualización es que la ecualización recorta las frecuencias  seleccionadas en todos los casos, mientras que un compresor ajustado a  una banda de frecuencias sólo actuará cuando el volumen de esa banda  supera el umbral establecido. El compresor multibanda es muy útil para  retocar el equilibrio espectral, pero adquiere su mayor esplendor cuando  se usa en modo M-S.
EXCITADOR AURAL
Este elemento fue en el pasado utilizado ampliamente. Cuando la  tecnología musical estaba bajo mínimos, las mezclas eran bastante opacas  y llegó a ser tan imprescindible que su inventor sólo los alquilaba. Su  principio activo se basa en la restauración de armónicos perdidos  durante el proceso de la mezcla, añadiendo brillo. En la actualidad,  basándose en el mismo principio, han aparecido un nuevo tipo de  excitadores que añaden presencia en el espectro de los graves o incluso  los que permiten la selección de la frecuencia central. Con la mejora de  los procesos de grabación y mezcla, su uso ya no está tan justificado,  aunque en muy pequeña cantidad puede añadir ese brillo que suele faltar  en los masters. Es un efecto con el que es muy fácil pasarse, porque el  oido se acostumbra muy rápidamente y se tiende a añadir más de lo  necesario.
LOS MEDIDORES O VU METRERS
Para poder ajustar el nivel entre canciones, es necesario usar medidores  fiables. Los vúmetros incorporados en las mesas de mezclas y en los  programas suelen ser medidores que reaccionan muy rápido a los  transitorios, ideales para evitar distorsión y saturación que, por otro  lado, es tan peligrosa en la grabación digital y aparece en cuanto  superas los 0dBFS (FS = fondo de escala). Realmente, nuestro oído no  escucha así. Aunque tengamos dos canciones cuyos picos máximos llegan al  mismo nivel, el volumen medio puede ser diferente. Para poder medir  eso, es necesario la utilización de medidores que funcionen en modo RMS  (Root Mean Square). Una medidor en modo RMS proporciona el valor eficaz  del volumen. Esta forma de medir es más parecida a la forma que tiene el  oído humano de escuchar, motivo, además, por el que los medidores  analógicos se siguen usando aún en nuestros días.
SOFTWARES DE MASTERIZACIÓN
Como comenté al principio del artículo, las soluciones en software para  masterización ofrecen mayores ventajas que sus equivalentes en hardware.  Realmente, se puede masterizar con cualquier programa que permita  añadir plugins de efectos y modificar sus parámetros en tiempo real, con  lo que abre mucho nuestro abanico, pudiendo ser desde un secuenciador  (Pro Tools, Nuendo, Logic, etc.) hasta un editor de audio (Spark,  WaveLab, SoundForge, etc.) o un programa especializado (T-Racks).
Entre los editores de audio, los más especializados son Spark y WaveLab.  Spark permite el ruteo de la señal a través de distintos efectos,  pudiendo separar los canales y procesarlos independientemente de formas  muy complejas. WaveLab trae un rack que permite la carga de varios  efectos simultáneos y tienes opciones avanzadas de análisis del audio.  Existen otras opciones como Peak o SoundForge, pero dan menos  facilidades a la hora de masterizar.
El T-Racks 24 es un programa de masterización integrado completamente  autónomo. Se basa en la emulación de procesadores de válvulas y no  soporta plugins de ningún tipo.
Dentro de los paquetes de efectos en plugins, confesaré que tres son mis  favoritos: DSP-FX, Steinberg Mastering Edition (diseñados por Spectral  Design) y los de Waves.
DSP-FX es un paquete con algunos años que funciona como plugin DirectX y  Saw que contiene varios procesadores (reverbs, chorus, eco) y, en  especial, un excitador aural (Enhancer) y un limitador (Optimizer)  fabulosos. Su interfaz es bastante antiguo, pero su sonido es  fantástico. En particular, el medidor del limitador es muy útil para  ajustar el volumen relativo entre las pistas.
El Steinberg Mastering Edition es un paquete de plugins DirectX, VST y  WaveLab que contienen un buen surtido de procesadores especialmente  dedicados para la masterización que contienen todos los elementos  necesarios para realizar una masterización completa. Son plugins de  primera calidad entre los que se encuentran el popular FreeFilter (un  ecualizador gráfico con funciones de adaptación de curvas de  ecualización), el Loudness Maximizar (un limitador bastante musical) y  el MultiBand Compressor es un buen compresor/expansor multibanda.
Waves proporciona varios paquetes de plugins, algunos de ellos muy  apropiados para la masterización. En particular, es muy popular el  L1-Ultramaximizer, un limitador maximizador para masterización y el  Ressinance Compressor, un estupendo compresor que puede emular varios  tipos de compresores, muy suave y cálido. El L1 me resulta demasiado  bruto con la limitación y, de todos los limitadores comentados en este  apartado, es el que más deteriora el sonido, cortando muchas veces los  picos. Recientemente, Waves ha presentado el L2, descendiente de su  versión en rack y que mejora mucho en musicalidad el resultado.
Existen otras opciones de muy buena calidad, como el paquete de plugins  TC Native Bundle, que ofrece un surtido de herramientas aptas para  masterización y, en forma de programa autónomo, Emagic Waveburner Pro,  ideado para la masterización y grabación de masters en CDs.
HARDWARE DE MASTERIZACIÓN
En este apartado existen numerosas opciones posibles, siendo muy  habituales los equipos antiguos a válvulas. Últimamente han ido  apareciendo algunas soluciones ?todo en uno? de mano de dbx (Quatum y  Quatum II), Drawmer (Masterflow DC2476) y los más populares de TC  Electronic con su gama Finalizer, Finalizer 96K y Plus.
TIPS TECNICOS <<<
..::Eres Rapero y no grabas a doble voz? Léete estos tips y vaya aprendiendo::..
¿Como grabar Hip Hop? 1ra Parte::
Comencemos primeramente citando aquellas grabaciones que usan desde  doble y hasta 4 voces juntas en una sola fase de sincro. Eminem: este  personaje blanco catalogado como uno de los mas duros del genero en los  estados unidos desde que se tiene conocimiento graba a voces triples. 50  Cent usa en perfecto enfase esta técnica para la mayoría de sus temas y  para citar un ejemplo de Venezuela… Bostas Brain en “La Corte Imperia”  también graba el 95 de sus pedazos a doble voz y con apoyos. Si hasta lo  que has leído aún no sabes de lo que estoy escribiendo pues amarrate  bien la correa del pantalón porque de aquí en adelante explicare con  detalles el secreto de cómo como hacer para aplicar esta técnica en tu  Home Studio o Estudio de Grabación.
Para obtener esa potencia que en el 80 de los discos nacionales de hip  hop (no oyes) primero debes estar en los papeles “o sea” tienes que  saber rapear rítmicamente y tener OIDO para poder montar una frase  perfectamente sobre la otra. Ejemplo: “si tu lirica dice”: juanito  alimaña / siempre con sus mañas / es todo un guerrero / de alta calaña,  se supone que debes montar la doble voz en perfecto sincro rítmico para  que puedas cuadrar la frase entera.
Es por esto que debes tener OIDO!!, ojo, esto sin olvidar la técnica del  ponche, o sea, si estas grabando a doble voz se supone que para poder  ponchar debes tener 2 canales adicionales. Asi que se necesitan 4  canales por MC mas el canal del Talking, que es donde hablan y dicen  cualquier cosa al principio, Intermedio y final y el canal de apoyos en  el cual se refuerzan las frases claves de la lírica, estas y un montón  de técnicas mas que le estaremos llevando a ustedes en la segunda  entrega de este articulo el próximo mes son las que se aplican para que  un disco de Hip Hop suene Profesional o aunque sea muy parecido a eso.
Nota del editor: Cualquier duda, opinión o pregunta sobre este articulo  (no te aflijas) y hazla aquí debajo para así formar un foro con  interrogantes, acotaciones y opiniones del caso.
Conceptos básicos sobre la mezcla
La mezcla es uno de los procesos más delicados y creativos de la  producción de una canción. El objetivo es conseguir un reparto  equilibrado de las frecuencias, volúmenes y planos de los  instrumentos/voces de forma que la escucha sea agradable y/o apropiada a  lo que se intenta transmitir con cada canción. Para ello se controla el  espectro de cada instrumento (ecualización), la dinámica (volumen,  compresión, expansión, limitación) y la profundidad (reverberación,  retardo).
Hay varios factores a tener en cuenta, muy importantes, antes de adentrarnos en el proceso de la mezcla:
Reproducción y monitorización
Muchas veces olvidado, el sistema de reproducción y monitorización  (tarjeta de sonido + amplificador + altavoces) es lo más importante del  sistema. El tener una correcta referencia es la mejor de las ayudas para  determinar el sonido de una pista. Debido a que cada sistema de escucha  es diferente y no existe ni habitación perfecta ni monitores  infalibles, en los estudios se suele tener varias parejas de monitores  de diferentes tamaños y calidades para conseguir el mejor sonido  posible. Un amplificador que no distorsione la señal (algunos monitores  los trae incorporado) y una tarjeta de sonido con una buena señal ruido y  respuesta en frecuencia (la mayoría) completan el paquete.
La colocación de los monitores y las reflexiones en la sala son factores  muy importantes. Unos altavoces muy cerca de la pared sobrecargarán de  graves tu escucha, de forma que las mezclas sonarán faltas de esas  frecuencias. Así mismo, una habitación con reflexiones incontroladas  creará eco o realzará alguna frecuencia.
Los efectos
Existen un grupo de efectos básicos y de su calidad dependerá en mayor o  menor medida la calidad del resultado. Como antes se comentó, los más  importantes son la dinámica, ecualización y retardo/reverberación,  imprescindibles para acometer cualquier mezcla. Debido al auge de la  informática, la mayoría de las veces se usan efectos software o la  combinación de ambos.
No existen reglas fijas sobre su uso, aunque daré a lo largo del  tutorial ajustes “estándar”. Para profundizar más, recomiendo la lectura  de otros artículos de la web.
Los efectos se pueden usar de dos formas, como inserción o como envío.  En el primer caso el efecto sólo actúa sobre la señal de entrada (una  pista o un grupo de ellas). En el segundo caso, puedes elegir de cada  pista qué cantidad de esta debe ser afectada por el efecto mediante un  control de envío.
Efectos de inserción suelen ser los compresores, la ecualización o  distorsión. Efectos de envío suelen ser la reverberación, retardo  (delay) o el coro (chorus), aunque insisto en que no hay reglas fijas.
El factor humano
La mezcla no es un proceso científico, depende del tipo de canción y del  gusto del ejecutante. Además, hay otros factores importantes que  influyen negativamente, como el cansancio auditivo o el consumo de  drogas. El entrenamiento es el arma más poderosa y, en tiempos en donde  la tecnología está al alcance de todos, decisiva.
Preparación
Hay una serie de pasos útiles antes de comenzar una mezcla. En primer  lugar es muy recomendable escuchar unos minutos de tu música favorita  para ir “calibrando” tu audición con respecto a los monitores que  tengan. Esto es especialmente útil cuando el sistema a usar no es el  habitual o no estás en tu estudio.
Las pistas del tema deberían estar bien alineadas y organizadas dentro  del sistema multipistas a utilizar. Para acelerar el proceso se puede  preconfigurar algún efecto general, tipo reverb o delay. El primer paso  antes de comenzar una buena mezcla es escuchar el material a mezclar.  Esto es lo que se conoce comunmente como “subir faders“. Esta práctica  te proporciona una visión global de la canción, muy útil para enfocar la  mezcla en una u otra dirección.
Hoy en día todo el material, exceptuando el dirigido a televisión o  cine, suele estar mezclado en estéreo. Tras muchos años experiencia y  varios centenares de mezclas a mis espaldas puedo decir sin temor a  equivocarme que se debe mezclar siempre en mono. La razón es que en mono  es más sencillo ajustar la ecualización y equilibro de todas las  pistas. Además, se ocupa todo el espectro antes, de forma que al volver  al estéreo el sonido es más amplio y espacioso. Si se realiza el proceso  directamente en estéreo, la mezcla tenderá a sobrecargarse. Una vez que  se haya ajustado los volúmenes y el espectro, se puede continuar en  estéreo y hacer las correcciones pertinentes.
Los pasos que voy a describir están orientados para una mezcla pop-rock  más o menos estándar y pueden ser aplicados a todos los demás estilos.  La mejor forma de aprender es trabajar con referencias, es decir,  siguiendo estos pasos ir buscando el sonido de un disco con sonido  similar a lo que buscas.
¡Comencemos!
La voz
Hay muchas formas de enfrentar una mezcla. Hay quien prefiere empezar  por la percusión y otros por la voz. Aunque suelo cambiar el enfoque  dependiendo del material a mezclar, yo suelo empezar por esta última,  ecualizando, comprimiendo y ajustando todos los detalles hasta que suena  de forma correcta y con un volumen más o menos constante. Un poco de  reverberación y retardo nunca le vienen mal.
Un defecto importante es la silibancia, que se corrige con un deeser .  El deeser es un compresor encadenado ( side chain ), en el que la señal  de disparo es la misma de entrada filtrada para resaltar la silibancia.  De esta forma, cuando se produce el defecto, actúa el compresor. La  silibancia suele darse entre 5 y 8 Khz.
Cuando la voz va haciendo coros lo mejor es tener un bus con todos las pistas y comprimirlos y ecualizarlos juntos.
Panoramización (Pan): La voz principal debe ir siempre al centro. Los coros se suelen abrir en estéreo un poco, pero no demasiado.
Ecualización (EQ) recomendada: un recorte de graves (filtro paso  alto), sobre 200 con una curva suave para mejora la definición y entre  7.5 y 10 Khz para darle brillo. En el caso de los coros, se puede cortar  más arriba (400-500 Hz). Esto hará que se empasten mejor.
Dinámica (Din) recomendada: compresor, ratio de entre 2,5:1 a  4:1, con un ataque y desvanecimientos moderados. Deeser (tipo específico  de compresor con ecualizador encadenado) para corregir la silibancia  (seseo de la voz).
Efectos (FX) recomendados: Reverberación tipo placas (Plate),  predelay 30 ms y tiempo de reverberación de 1.5 segundos. Recorte de  graves de la reverberación hasta 400 Hz. Retardo estéreo sin  realimentación ( feedback ), con tiempos de 20 y 30 ms. La voz puede  llevar otros retardos o reverberaciones a la vez, para adecuarla al  estilo del tema.
La voz suele ser el elemento principal, por lo que es recomendable usar el mejor compresor y ecualizador disponible.
La percusión
En la mayoría de los estilos musicales, la percusión y el bajo son los  elementos que llevan el peso de la canción y más concretamente la  batería, por lo que será nuestro siguiente elemento a tener en cuenta.
La batería, acústica o electrónica, consta habitualmente de los  siguientes elementos: bombo, caja, plato de charles (o hi-hat), timbales  y platos, que suelen ser microfoneados indivudalmente (incluso con  varios micrófonos, como la caja o el bombo). Además, cuando estamos  mezclando una batería acústica contaremos con las señales de overhead  (micros situados sobre la batería), ambiente (mono o estéreo) y PZM  (micrófonos piezoeléctricos que se usan para grabar ambientes).
Hay cientos de formas de mezclar una batería, pero siempre es  determinada por el estilo musical y el número de micros empleados. En  nuestro caso, tomaremos como ejemplo una mezcla compleja con muchos  micros.
El primer paso consiste en aplicarle al bombo la siguiente cadena de procesado:
Puerta de ruido -> EQ -> Compresor
La puerta de ruido sirve para cortar aislar los bombos y evitar que se  cuele el resto de los instrumentos. No existen ajustes mágicos, pero se  puede obtener mejor resultado si tiene una función de encadenado  (sidechain) ajustada para actuar sólo con las frecuencias graves.
Orden de la cadena EQ+compresor
El orden entre la ecualización y el compresor puede ser crítico. Como  regla general, el orden depende de la transparencia del compresor y del  efecto a conseguir. Como transparencia entendemos cuando un compresor  afecta únicamente a la dinámica y no altera el contenido espectral. Los  compresores a válvulas, por ejemplo, no sólo comprimen la señal (cada  uno con su personalidad), si no que la saturan o la colorean, por lo que  muchas veces se opta por colocar el ecualizador detrás para corregir  dichas coloraciones. Como contrapartida puede ser que la señal previa  contenga mucha energía en frecuencias que no nos interesan, por lo que  convendría ecualizar también a la entrada para evitar que el compresor  sobreactúe (o no actúe convenientemente).
Bombo
Pan: Siempre al centro, para evitar el cambio de peso de la canción.  Antiguamente, con el nacimiento del estéreo se situaba en alguno de los  lados, muy abiertos. Hoy en día sólo se hace cuando se busca un sonido  retro.
EQ: 80Hz es la zona de la pegada, por lo que se puede realzar si  le falta. 250 Hz es una frecuencia bastante delicada, suele chocar con  el bajo, por lo que se puede recortar si vemos problemas. 1 – 5 Khz es  ideal para darle presencia.
Din: Puerta de ruido y compresor. El compresor debe tener ataque y decaimiento rápidos, con un ratio alrededor de 4:1.
La caja 
Suele grabarse con dos micrófonos, uno para recoger la parte superior y  otro para la bordonera y se tratan independientemente. Un detalle a  tener en cuenta es la fase, pues a veces se producen cancelaciones entre  los dos micros, por lo que habría que invertirla en uno de ellos. La  cadena de efectos es la misma al bombo y el tratamiento de dinámica es  similar.
Pan: Al centro.
EQ: Cada caja es un mundo, pero hay frecuencias clave. 100 Hz  para darle más cuerpo, entre 250 y 750 Hz para cajas que suenen  acartonadas y 5 Khz para darle brillo.
Din: Puerta de ruido y compresor con valores similares a los del bombo.
FX: Un poco de reverberación brillante, la misma que el bombo  pero en mayor cantidad. En ciertos estilos se suele usar también una  reverberación de tipo “ gated ” con un retardo de unos 40 ms. Este tipo  de reverb se hizo popular gracias a la canción “In the air tonight” de  Phil Collins. Consiste en una reverberación con una puerta de ruido, que  corta la cola.
Los timbales son bastante problemáticos debido a que esos micros  recogen el resto del set . Parte del problema se resuelve mediante una  puerta de ruido, aunque lo más recomendable en un sistema por ordenador  es editar cada pista recortando los momentos donde no aparezcan.
Para el resto, el tratamiento es similar al de la caja.
Timbales
Pan: Se recrea la posición natural de los timbales.
EQ: 100 Hz para darle cuerpo. Recortar entre 300 y 750 Hz para evitar que los timbales suenen acartonados.
FX: Igual que la caja.
Los overheads es una pista estéreo (o dos mono) que contiene el  sonido de toda la batería desde arriba. Dependiendo de su colocación y  del tipo del micro, lo contendrá de forma más o menos equilibrada, por  lo que su utilidad es variada. En muchos casos se usa sólo para recoger  el sonido de los platos (cortando graves hasta 1 Khz) o para añadir  ambiente al resto de los elementos, en combinación con los otros micros  más lejanos.
Overheads
Pan: Totalmente abiertos o en estéreo.
EQ: Se pueden reforzar sobre 8 Khz o más para darle más aire.  Dependiendo de su uso, se suele cortar por debajo de 250 Hz para evitar  cancelaciones de fase o más arriba si se quiere sólo los platos.
Din: Un poco de compresión con ataque y decaimiento largos y no mucho más de 3:1 de ratio mejoran la dinámica.
FX: Nada o un poco de reverb .
Si tenemos pistas individuales para cada plato y para el charles, podemos usarlas para reforzar los overheads .
Todos se tratan de forma similar: se recorta hasta 400 Hz y un poco de reverberación.
Platos
Pan: replicando su posición real.
EQ: Recorte hasta 400 Hz. Se puede reforzar entre 8 y 15 Khz para darles más brillo o aire.
Din: No precisan compresor en muchos casos, pero se puede hacer para controlar más la dinámica o añadir más sostenimiento.
FX: Nada o un poco de reverberación.
Las pistas de ambiente y PZM sitúan la batería en el contesto de la  habitación donde fue grabada, y en muchos casos sustituye a la adicción  de reverberación. El tratamiento es idéntico al de los overheads.
El bajo
El elemento conductor de la armonía y posiblemente uno de los más  sencillos de mezclar. Es muy importante que la grabación sea la correcta  y aplicar una buena dosis de compresión durante la mezcla. Al contrario  de lo que muchos piensan, no hay que recortar nunca en graves (a menos  que sature, claro). Un refuerzo en 100 Hz para darle más cuerpo y entre 2  y 3 Khz para darle más presencia en la mezcla. Importante no forzar  sobre 250 Hz demasiado porque, aunque en unos altavoces pequeños suene  mejor, embarraría la mezcla.
Pan: Centrado, junto al bombo, la caja y la voz, son la base de la canción.
EQ: 100 Hz para darle más cuerpo. Entre 2 y 3 Khz para darle más presencia.
Din: Ataque y decaimiento largos. 4:1 de ratio es un buen punto de partida.
FX: Un poco de saturación de válvulas suele hacer mucho bien. En  algunos estilos en los años 80 se le agregaba efecto de coro o flanger,  etc, que no le hace demasiado bien en la mayoría de los casos,  exceptuando el wah-wah.
Las guitarras eléctricas
Debido a la diversidad de estilos y técnicas, sería muy difícil  establecer reglas para colocarlas correctamente en la mezcla. Como norma  general, se deben cortar por debajo de 150-200 Hz para evitar que  choquen con el bajo y el bombo.
Pan: Depende de su uso. Si son rítmicas y están grabadas dobles,  se pueden usar totalmente panoramizadas. Si es un riff o un solo quizás  al centro. Si va de acompañamiento a un lado. Demasiadas opciones J
EQ: El recorte de graves le viene bien. Si no, la mezcla se  enturbia. El resto de los ajustes de EQ depende del estilo y pueden ir  desde la famosa curva en V del metal hasta las guitarras funky llenas de  medios.
Din: Un poco de compresión, ataque y decaimiento medios y ratio sobre 2:1 a 3:1, facilitan su integración en la mezcla.
FX: De todo un poco.
Resto de instrumentos
En general, estos instrumentos van acompañando al resto, por lo que  suelen estar recortados en graves para que empasten mejor en la mezcla y  panoramizados fuertemente para no restarle peso a la canción, a  excepción en los momentos en los que son solistas.
La mezcla
Tal como comentábamos, lo más importante de una mezcla es el equilibrio  entre la voz y la parte rítmica, por lo que prestaremos especial  atención al balance voz-bombo-caja-bajo que es donde reside la magia de  la canción
Una vez que están equilibrados, situamos el resto de los elementos de la  batería exceptuando los micros generales de ambiente. Cuando todo suene  a nuestro gusto, levantamos los overheads y ambientes poco a poco y se  corrige el sonido del resto de los instrumentos para mantener el mismo  equilibrio con la voz, momento para introducir el bajo y tener el  corazón de la canción.
En este punto lo ideal es agregar las guitarras y darles el protagonismo  deseado. Como hemos comentado antes, las guitarras rítmicas suelen ir  fuertemente panoramizadas. Como estamos haciendo todo este proceso en  mono, podremos comprobar la fuerza relativa de la suma de las guitarras  en comparación con la base rítmica + voz. Después de introducir las  guitarras, podremos introducir los sintes, colchones de cuerdas, etc, e  ir recortando su espectro acomodándolos con la ecualización.
Cuando la mezcla suene correctamente y equilibrada, es el momento de  escucharlo en estéreo. Notaremos cómo hay ciertos instrumentos, como las  guitarras, que suenan demasiado alto y algunos efectos (reverberación y  retardo, por ejemplo) suenan demasiado evidentes, por lo que  procederemos a hacer las pertinentes correcciones, comprobándolas  constantemente en mono para tener una mezcla coherente en ambos  formatos.
Trucos
¡Automatiza!
Durante la mezcla, se suele automatizar muchos parámetros, como  volúmenes y envíos de efectos, dándole énfasis a distintas partes o,  simplemente, equilibrando la dinámica. Especialmente interesante es  añadir eco o reverberación a ciertas palabras de la voz, o mover objetos  en el panorama.
Compresión en el master.
Este es un tema muy peliagudo, pero lo cierto es que el sonido del  compresor es el sonido de muchos estilos musicales, desde el Rock hasta  el Trip-Hop y, además, la mezcla será comprimida durante la  masterización. Mi preferencia personal es comprimir un poco, hasta unos  -3dB de corrección y luego enviar la mezcla limpia a masterizar con mi  pista original como referencia, excepto donde la compresión es  fundamental para el sonido de mezcla. El motivo de mezcla con compresión  es que el balance de los instrumentos suele ser bastante diferente al  aplicarla, constituyendo a veces una desagradable sorpresa.
Rango dinámico
El Rango Dinámico es una de las cosas que causan más problemas a los  ingenieros de audio y que por lo regular terminan por arruinar el sonido  de manera irreversible.
En términos sencillos el Rango Dinámico es la distancia que existe entre  la parte más suave y la más fuerte ya sea de una canción, sección o  instrumento.
Para manejar estas \"dinámicas\" tenemos los siguientes procesadores que  generalmente se encuentran en un mismo módulo ya sea de software o  hardware y por ende los controles son casi los mismo para todos:
Compresor: su función es reducir el rango dinámico comprimiendo  el sonido en proporción al original a partir de un punto establecido  (threshold -umbral-), nosotros podemos controlar tanto el momento en el  que va a hacer efecto (attack -ataque-) como el momento en el que dejará  de afectar al sonido (release), también podemos controlar la proporción  en la que queremos que el sonido sea comprimido (ratio -proporción-).
Usos en mastering: el uso de los compresores nos permite reducir  el rango dinámico en casos en los que la música no necesita tanto  movimiento entre forte y piano como puede ser el pop, rock, metal,  electrónico o ska. Y establecer los valores de \"attack\" y \"release\"  puede resultar complicado ya que en estos casos estamos tratando con la  mezcla completa y debemos cuidar que su efecto no se note.
Malos usos: es uno de los procesos más usados básicamente para  subir volumen pues su acción hace posible que subamos el volumen sin  llegar al pico digital (0 dBFS), esto puede traer consecuencias  catastróficas ya que literalmente aplastamos la música en busca de  volumen, esto sólo hace crecer el sonido en una dimensión y ciertamente  el volumen depende de todo el proceso de masterización. Los compresores  no se inventaron para subir volumen.
  Expansor: es exactamente lo contrario al compresor, tiene los  mismos controles que aquel excepto por el \"ratio\" el cual está al  revés. Esto significa que a partir del \"threshold\" el sonido se va a  expandir en proporción al original tantas veces como nosotros lo  indiquemos.
Usos en mastering: esta herramienta es usada rara vez pero es  algo que puede devolver dinámica a un sonido comprimido principalmente  en géneros que requieran un gran rango dinámico: clásico, jazz,  progresivo, etc.
Otro uso es la reducción de ruido ya que con un threshold muy bajo y un  nivel de expansión muy alto podemos deshacernos de ruido como hiss y  humming, este uso no es muy recomendable ya que existe un gran número de  aplicaciones y plug-ins que se encargan de la reducción de ruido.
Malos usos: no tiene
Limitador: su función es contener exaltaciones en la señal  convirtiéndola a partir de un punto específico (threshold) en una onda  cuadrada pero sin que el oído la perciba como tal. Al igual que los dos  anteriores un limitador contiene los mismos controles excepto que carece  de \"ratio\" ya que no lo necesita.
Usos en mastering: como mencionábamos antes, se utiliza para  contener exaltaciones en la señal y usualmente se coloca al final de la  cadena de procesamiento de masterización para evitar tocar el pico  digital (0 dBFS) con un \"threshold\" de 0.1 dBFS. El threshold puede  colocarse a niveles menores y en diferentes etapas de la masterización  pero esto ya requiere mas habilidad de parte del ingeniero.
Malos usos: muchas veces se confunde con un compresor y resulta  más destructivo que este, al igual que todas las dinámicas el secreto  está en los controles de attack y release. El mal uso de un limitador  puede derivar en daños irreversibles a la señal e incluso a las bocinas.  También existen casos en los que el ingeniero de mezcla utiliza el  limitador, esto es poco profesional porque significa que sus señales  están cerca del pico digital y una buena mezcla debe estar lejos de tal  punto para que al llegar a la masterización se pueda trabajar el \"high  performance\" y llevar a un mayor nivel de volumen.
La función de los limitadores es en ocasiones sustituida por la  normalización la cual es uno de los procedimientos más dañinos para el  audio (eviten a toda costa la normalización).
  En textos subsecuentes veremos controladores de dinámicas más avanzados como los multibanda y los \"upward compressors\"
Para efectos de esta explicación hemos tomado como ejemplo el G-Master  Buss Compressor de Waves es cual además tiende a emular un sonido  analógico.
G-Master Buss Compressor de Waves
1. Threshold: establece el valor en dB a partir del cual el  compresor, limitador o expansor comenzará a trabajar. Su valor se  expresa en dB negativos para la notación dBFS y en valores negativos y  positivos para la notación dBVU
2. Attack: es el tiempo que va a tardar en hacer efecto el  procesador y se mide en milisegundos (ms). En masterización un ataque  muy rápido puede derivar en un sonido muerto y apretado sin embargo en  un limitador un ataque rápido se utiliza para lo conocido como \"brick  wall limiting\".
3. Ratio: es la proporción en la que se va a comprimir o expandir  (según el caso) el sonido que pasa por encima del \"threshold\" su  valor se expresa en notación estándar de proporcion: 1:X para el  compresor y X:1 para el expansor. El limitador no cuenta con este  control.
4. Make Up: este control no es otra cosa más que volumen, su  función es aumentar o disminuir el volumen de la señal ya procesada. Sus  valores se expresan en dB
5. Release: es el tiempo que tarda en dejar de hacer efecto,  puede medirse en ms o en segundos enteros. Si tenemos un release de 1  segundo significa que el procesador tendrá efecto durante 1 segundo  después de haber sido activado. Un release muy largo puede producir un  sonido muerto y un release muy corto puede destruir mucho una señal ya  que generará una onda muy inestable.
6. Fade: en algunos procesadores de dinámicas podemos encontrar  controles muy específicos como es el caso del \"Fade\" (o \"Rate S\"  para este modelo específico) en el cual podemos \"limar\" el corte del  proceso y hacer que tenga una salida menos abrupta, como su nombre lo  indica \"desvanecida\".
7. Scope: este es un visor gráfico en el cual podemos ver a  manera de medidores VU el comportamiento del sonido en términos de  voltaje, en otros casos podemos ver una línea diagonal con una  \"pelotita\" que se mueve de acuerdo a la intensidad del sonido.
8. In: es el equivalente (en el caso de Waves) al control de  \"bypass\", todos los procesadores de cualquier tipo tienen este  control, su función es poder apagar el procesador y escuchar la señal  \"limpia\" y prenderlo para escuchar la señal procesada sin necesidad de  volver a colocar los controles como estaban o interrumpir el sonido.
9. Controles Varios: como en todo, la música y el audio son un  negocio así que cada fabricante establece sus propios botones y  funcionalidad como en este caso en el que podemos hacer que el  procesador simule uno anaógico o podemos habilitar y apagar la función  Fade.
Otros controles no ilustrados: los controles listados son los básicos y  en general los únicos que necesitamos (con la excepción del punto 6 y 9)  pero en algunos casos podemos encontrar algunos como:
Side Chain: este es un uso adoptado de procesadores dinámicos de  banda limitada como el De-esser y su función es excluir del  procesamiento la señal a partir de determinada frecuencia hacia abajo.  Su uso no es muy recomendable ya que se inventó para evitar que los  transitorios en frecuencias que no registran las bocinas (principalmente  graves) \"disparen\" la función del procesador pero en realidad la  única solución para este tipo de problemas es añadir un subwoofer a  nuestro sistema de monitoreo. Sus valores se miden en Hertz (Hz)
Knee: como su nombre lo indica es como una \"rodilla\" o punto de  flexión y se utiliza para establecer como será el paso entre la señal  comprimida, expandida o limitada y la señal limpia, es decir cómo será  el paso en el threshold, para que este control nos beneficie en algo  debe ser un procesador de dinámicas de muy alta calidad de lo contrario  nos puede producir ondas cuadradas o movimiento de fase. Sus valores se  expresan como \"Soft\", \"Hard\" o Normal aunque algunos utilizan  números pero es una escala arbitraria.
Quantization: este control lo encontramos en limitadores  dirigidos a masterización y su función es facilitar el paso de 24 o 32  bits hacia 16 o 24 según se requiera. Este control debe ser utilizado  solo cuando se sabe las consecuencias del \"downsampling\" y se cuenta  con un buen \"dither\" mismos que explicaremos en otro momento.
Look Ahead: este control es también para los limitadores, su  función es introducir un pre-delay a la señal para \"saber\" si viene un  clip (pico digital) y prepararse para manejarlo. Si vamos a usar este  control debemos tener presente que puede introducirnos cambios de fase  que pueden alterar el resultado final; el mal uso de este control puede  resultar en un sonido un poco \"pastoso\". 
  Aprende a comprimir tus señales
La compresión es una de las claves de una buena mezcla, y sin embargo no  todo el mundo la conoce demasiado, y muchos menos la usan con acierto.  La verdad es que usar la compresión con eficiencia es un arte que sólo  se aprende con el tiempo y la práctica, pero por alguna parte hay que  empezar, y nosotros lo haremos por el principio.
Introducción: la dinámica de una señal¿Qué es lo básico? Antes  siquiera de hablar de compresión, debemos dejar claros algunos conceptos  sobre la dinámica de una señal de audio; por \"dinámica\" entendemos  las variaciones de nivel de una señal en el tiempo (una cantante de  ópera que haga continuos crecendos y decrecendos tendrá una dinámica muy  acusada; un pitido de silbato mantenido al mismo volumen no tendrá  dinámica alguna).
· Nivel de ruido de fondo: este es el nivel donde encontramos el ruido de cinta y de línea, los ruidos eléctricos, etc.
· Nivel nominal: sería el nivel más apropiado para grabar tu  señal de manera que haya una mínima distorsión (el momento en que la  señal \"pica\" en el rojo; es decir, sobrepasa el umbral máximo  admitido) y que el nivel de ruido de fondo sea superado.
· Relación señal-ruido: la distancia entre el nivel de ruido y el nivel nominal.
· Nivel máximo: se alcanza cuando la señal entrante comienza a distorsionar.
· Headroom: la diferencia entre el nivel nominal y el nivel  máximo; es tu \"zona de seguridad\", el último espacio que tienes antes  de que suceda la distorsión.
· Rango dinámico: todo el nivel que puede ocupar la señal, desde el nivel de ruido hasta el nivel máximo.
La compresión
Ahora que hemos explicado estos conceptos elementales, podemos empezar a  hablar de compresión. Supongamos que estas en tu estudio grabando unas  tomas de sintetizadores, voces o instrumentos. Has ajustado un nivel  adecuado para grabarlos, es decir, deberías estar cerca del nivel  nominal (superando el ruido de fondo y cerca de la distorsión, pero sin  tocarla). Esto es un escenario ideal, pero lo más normal es que, si  prestas atención a tu indicador de señal, veas como se pone en el rojo  alguna vez (distorsión).
Esto dependerá de la naturaleza de la fuente que estés grabando: por  ejemplo, imagina que grabas una voz muy sentida, con momentos de  murmullo y repentinas subidas de nivel. Es muy fácil que saltes al rojo  en estas circunstancias. Podrías pensar \"bueno, si estoy atento a los  cambios de nivel, puedo anticiparme y subir y bajar el volumen de  entrada cuando se requiera\"... Has pensado bien, pero no eres del todo  práctico: deja que te ayude un compresor.
Un compresor monitoriza la señal de entrada y actúa bajando el nivel  cuando se alcanza la distorsión, o subiéndolo si la señal cae demasiado  baja. Esta es la definición de andar por casa; para completarla, podemos  decir que el compresor lee la señal de entrada, y luego, de acuerdo con  el ratio de compresión que tú has configurado, reduce la señal que de  otra manera distorsionaría. Esto te permite mantener la señal a un nivel  manejable y grabable sin picos imprevistos.
Alto, ¿qué es eso del \"ratio\"? Es uno de los parámetros esenciales de  un compresor. Pasamos a explicarte cuáles son los controles básicos de  los compresores, y así irás descubriendo cómo funcionan (en la foto, el  Nanocompressor de Alesis)
· Threshold: este es el nivel (en decibelios, dB) a partir del  cual el compresor empieza a actuar. Para que entiendas cómo actúa,  debemos hablar un momento de los niveles de una señal. Quédate con la  idea de que un fader colocado en la marca de 0 dB está dejando pasar  toda la señal \"tal cual\", sin restarle o añadirle ganancia. Digamos  que 0 dB se identifica con la imagen \"real\" del sonido que entra. Los  valores positivos (+1 dB, +2 dB...) indican que estamos añadiendo  ganancia a la señal original, y los negativos (-1 dB...) que estamos  restándosela. Si ajustamos el threshold del compresor a -5 dB por  ejemplo, le estamos diciendo que, cuando la señal entrante alcance ese  nivel, empezará a ser comprimida. Por ello, cuanto mas bajemos el  threshold, más comprimiremos la señal.
· Ratio: se da en valores de proporción, como 2:1, 3:1, 4:1, etc.  Supongamos que colocas el ratio en 3:1. Lo que sucederá es que por cada  vez que tu señal entrante supere en 3 dB al nivel de threshold, el  compresor sólo permitirá que pase 1 dB de señal. Tu pensarás \"de  acuerdo, pero si está dejando pasar un decibelio cada vez, entonces  sobrepasará de todos modos el nivel de threshold\". Evidentemente; el  threshold es una marca de referencia, no una \"guillotina\" que corta  todo lo que pasa por ella. Se da por hecho que el threshold y el ratio  deben ir relacionados; debes configurar un nivel de threshold lo  bastante bajo, teniendo en cuenta el ratio, para que los dB que pasen no  lleguen a distorsionar, saliéndose por encima den? 0 dB. Aquí entra en  juego el concepto de headroom; el \"espacio de seguridad\" al que nos  referíamos. Si tienes un headroom amplio, podras jugar con ajustes más  extremos. Si estás en trance permanente de distorsionar la señal,  tendras que manejar estos controles con mayor precisión.
La técnica más recomendable es ajustar el ratio primero, y luego ir  moviendo el threshold hasta que notes que la señal empieza a comprimirse  (esto lo verás fácilmente en los medidores de tu mesa, cuando veas que  las distorsiones de la señal empiezan a desaparecer, cayendo el nivel a  un rango más uniforme). Ten clara una cosa: si tu señal es demasiado  débil, y el threshold está demasiado alto, nunca funcionará el  compresor. Si tu señal, digamos, solo alcanza cotas de -5 dB y el  threshold está a -2 dB, es evidente que el compresor no actuará.
· Ataque (attack): Este parámetro decide con qué rapidez actuará  el compresor cuando aparezcan los picos (cuando la señal supere el  umbral de threshold). Nos servirá para adaptar el funcionamiento del  compresor a la naturaleza de la fuente de sonido. Por ejemplo: algunos  instrumentos tiene un ataque muy rápido (es decir, suenan de inmediato,  tan pronto como son tocados). Así pues, para este tipo de sonidos (como  los de bajo o bombo), necesitarás que el compresor actúe rápidamente,  para que no se le escape ningun pico (tendrías que ajustar el ataque a  un valor bajo o nulo).
· Liberación (release): El parámetro de liberación marca la  velocidad con que el compresor deja de actuar sobre la señal una vez que  ésta, despues de picar, ha bajado ya del nivel de threshold (cuando ya  no necesita ser comprimida). Si ajustas la liberación a un valor largo,  conseguirás una señal más sostenida. Si es corto, la señal caerá de  nivel más rapidamente.
· Ganancia de salida (output gain): Cuando has ajustado ya el  threshold y el compresor está actuando, tu nivel nominal se verá  reducido dependiendo de la cantidad de compresión que apliques, y así la  señal, aunque comprimida, se escuchará con menor volumen. Este  parámetro se utiliza para corregir ese efecto y restablecer el nivel de  nuevo. Usa este ajuste con cuidado: aumentando de nuevo el nivel, estás  aumentando también el nivel de ruido de fondo que llega aumentado  después de la compresión. Para evitar esto, procura que llegue la mayor  cantidad de señal pura posible al compresor, con el mínimo ruido.
· Knee: Este parámetro no lo llevan todos los compresores, pero  no es raro encontrárselo. Hay dos tipos de \"knee\" (rodilla): hard-knee  y soft-knee. El ajuste hard-knee supone que la señal será comprimida de  inmediato en la proporción marcada por el ratio tan pronto alcance el  nivel de threshold. El ajuste soft-knee hace esto de una manera más  suave, aplicando la compresión no toda de golpe, consiguiendo así un  sonido menos abrupto. Típicamente, los sonidos que requieren pegada,  como el bajo y el bombo, se comprimen con \"hard-knee\". Algunos  compresores te permiten también escoger valores intermedios entre estos  dos extremos, para controlar mejor el sonido.
Comprimiendo en la práctica
El uso de la compresión dependerá mucho de tus gustos personales. En la  música de baile actual y en ciertos estilos se utilizan configuraciones  extremas para darle gran pegada a los sonidos, pero puede n?que tú no  necesites eso. Una compresión extrema puede hacer una mezcla demasiado  agresiva, pero también, una compresión escasa puede hacer muy \"blando\"  el sonido. Como siempre, la solución está en probar distintas  configuraciones hasta alcanzar un resultado que te satisfaga.
Para darte una guía, aquí tienes algunos ajustes recomendados, en general, para distintos tipos de señales:
· Bajo: Prueba a empezar con un ratio de 4:1 y un ataque y  liberación rápidos. Normalmente se prefiere la compresión hard-knee  porque el sonido del bajo suele requerir pegada y potencia, pero también  depende del estilo. Quizás te convenga una soft-knee para un bajo de  jazz en un tema suave y tranquilo.
· Guitarra: Empieza con un ratio de 2:1 para guitarras acústicas,  o un 3:1 o 4:1 para guitarras distorsionadas. Para conseguir un sonido  más sostenido, intenta un ratio de 4:1 ratio, con un ataque rápido y  liberación lenta. Cuando tengas esos ajustes preparados, toca la nota  que quieres sostener, y aumenta el ratio hasta que el sonido se sostenga  tanto como deseabas.
· Percusión: Las señales de percusión se comprimen muy a menudo  debido a sus ataques rápidos. Prueba a comprimir la caja, que es el  sonido que más suele distorsionar porque cada gope de caja sobresale por  encima de todos los demás con mucha facilidad. Intenta un ratio de 3:1,  y usa un ataque y liberación rápidos. Si la señal continúa  distorsionando, prueba ratios mayores (la foto que te incluimos aquí  muestra un compresor de Logic configurado para una caja). Este método es  válido también para los timbales. Para lon?s platillos, prueba un ratio  de 2:1 con ataque rápido y liberación lenta, para mantener así el  desvanecimiento natural del sonido de los platillos.
· Voces: Como en la percusión, es habitual comprimir las señales  de voz. El ratio varía con cada cantante, dependiendo del tipo de voz  (gritona y potente, suave y tranquila, etc). Los cantantes que no hacen  grandes altibajos con su voz tendrán una dinámica mas pequeña y  requerirán por ello menos compresión. Prueba para empezar un ratio de  2:1, con el ataque rápido, y liberación media-larga. Aumenta luego el  ratio hasta que tengas dominados los picos de distorsión.
Conclusión
En general, debes usar la compresión para situar las señales  correctamente en la mezcla, para darles la presencia necesaria y para  dominar sus subidas y bajadas de nivel. Otros la utilizan también con  intenciones creativas, o para conseguir un efecto deliberado, como por  ejemplo una gruesa y potente línea de bajo que marque el ritmo.
Podría decirse que la compresión es un arte que solo dominarás con mucha  práctica. Tu oído será la mejor guía: prueba diferentes ajustes y  configuraciones hasta alcanzar el sonido que estabas buscando.
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